A las personas que han dejado huella en nuestras vidas no les decimos adiós simplemente les decimos hasta pronto, es muy profundo el lazo que nos une, sin embargo, entendemos que un Pastor como el padre Daniel debe escuchar el llamado a servir donde Dios lo necesita.
Aunque no es una despedida, es un buen momento para decirle: ¡Gracias padre por tanto! Por su gran apostolado de estos años, por su entrega generosa y por estar siempre dispuesto a acompañarnos en todas nuestras necesidades y peticiones; Gracias por ser tan Buen Pastor, preocupado, humilde, fiel, dispuesto, acogedor y por sobre todo alegre, que durante todos estos años, nos ha ido mostrando con su propio ejemplo de vida al mismo Jesús.
Cuando podamos volver a clases, vamos a celebrar una misa para agradecerle al padre Daniel todo lo entregado a esta comunidad.
