Mediante estas palabras me gustaría presentarles brevemente y transmitirles el espíritu del Colegio Puerto Varas, el que nace desde nuestro Proyecto Educativo Institucional y que a lo largo de estos 26 años ha ido permeando en nuestro equipo de profesores y funcionarios.
Para nosotros el Colegio es una Comunidad y como tal, buscamos que todos se sientan parte de ésta. Una Comunidad que se encuentra con el otro, que acoge, que acompaña en la dificultad y que se alegra en los buenos momentos. Una Comunidad que se educa en conjunto y desarrolla los talentos de los que tiene a su lado. Una Comunidad que camina junta en la Fe y en la búsqueda de Dios.
Ejemplos para esto tenemos muchos, partiendo por los musicales, un espacio de trabajo intergeneracional entre estudiantes, profesores, apoderados, administrativos y profesionales que nos fueron enseñando que con constancia, esfuerzo y trabajando juntos se pueden lograr cosas impensadas. También están el Festival de la Voz y el Cross Country, entre otros, donde apoderados y estudiantes nos muestran sus talentos en la música y el deporte.
También desde su origen, el formar jóvenes con un profundo sentido cristiano de la vida ha estado en el centro de nuestro proyecto, y a lo largo de nuestra historia hemos transitado este camino a través de distintas actividades como la peregrinación a Caguach, los viajes a los Encuentros de Jóvenes con el Papa o el bajando el cerro donde nos encontramos con los más necesitados de nuestra comunidad de Puerto Varas.
Por último, no puedo dejar pasar la relación con nuestro entorno como elemento clave para el desarrollo de nuestros niños. La semana en Antillaca, enseñar a navegar a vela en el Lago Llanquihue, la caminata de los séptimos por el Parque Alerce Andino o la caminata de Nansen, son todos hitos inolvidables para nuestros estudiantes.
Quisiera terminar estas palabras señalando el gran desafío que tenemos para este año, que es volver a desarrollar la Comunidad que en parte se perdió con la pandemia, pero en un colegio que crecío con una velocidad impensada. Hoy ya somos más de 1.000 alumnos, y eso para nuestro proyecto donde cada niño es un ser único e irrepetible es un tremendo desafío, que tomamos con humildad y responsabilidad.
Un abrazo a todos.
Cristóbal García Latorre
Director